Horno de ladrillos en Cucullú, San Andrés de Giles, provincia de Buenos Aires.
Una familia de Corrientes vive y trabaja en él hace mas de 20 años.
Cipriana, junto a su hermana, su marido, sus hijos, y éstos con sus respectivas parejas, se instalaron en el lugar y trabajan el ladrillo.
Cipriana tiene ahora nietos y bisnietos nacidos en el lugar. Nos cuenta que ella misma asistió allí varios partos.
Actualmente algunas parejas jóvenes de la familia viven en barrios nuevos del pueblo de Cucullú, y se desplazan al horno a trabajar el ladrillo.
El horno está a unos 200 metros de las primeras casas del pueblo, dos cuadras aproximádamente, donde hay una iglesia, una escuela, almacenes, una salita.
Cuando Cipriana se refiere al lugar, dice allá en el pueblo. Cuando alguno de los chicos que habitan los nuevos barrios nombra el lugar, dice: vivo allá en Cucullú.
Los hombres trabajan el ladrillo, algunas de las mujeres lo hacían antes. Ellas se dedican ahora a otros trabajos, o a los del hogar.
Cipriana hace muy ricas torta fritas.
Al ladrillo lo trabajan por millar, es decir cobran por la cantidad que realizan, y tienen clientes como corralones que buscan allí el producto. Don Soto es socio, uno de los dueños o jefe del lugar. Es oriundo de Entre Ríos y trabaja el ladrillo también en el horno, desde los nueve años. Vive más a dentro, en el campo.
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